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miércoles, 12 de mayo de 2021

FIFTH A FURY - PROLOGO




Furia.

Al rojo vivo.

Como bisturí afilado.

Maldita y verdadera furia.

Yo era su prisionero, amo y rey.

Se inclinaba ante mí, me paralizaba y se enroscaba alrededor de mis venas mientras me hundía más profundamente en el mar.

Furia.

Una emoción tan familiar para mí como el cálido océano succionándome. Un sentimiento que siempre había intentado aprovechar, expulsar e ignorar. Había fallado en múltiples ocasiones. Me había arrodillado bajo sus siniestros sufrimientos y existía con un odio silencioso dentro de mi corazón, pero ahora...

Mierda.

Ahora... ya no me apartaba de los disparos fragmentados de odio. Agradecía el ácido desprecio. Le di la espalda a la humanidad y permití que la furia me despojara de todo lo que había sido. Para borrar mis fallas. Para borrar mi pasado. Dejándome vacío aparte de una cosa profundamente peligrosa.

Eleonor...

Me sacudí bajo el mar.

Él se la llevó.

¡Furia!

Le di la bienvenida al veneno.

El atroz aullido de sangre.

¡Eleanor!

Mi furia volvió a crecer.

Mis huesos se quebraron con él.

Mi corazón humeaba con ello.

¡Mi mundo entero estaba empapado en FURIA que goteaba de rabia!

Mutaba en el agua a mi alrededor.

Enviaba ondas de choque a través del mar, ya no viviendo dentro de mí, sino rodeándome, asfixiándome.

Eleonor...

Abrí la boca y grité.

Burbujas salieron de mis labios.

El oxígeno salía de los pulmones magullados.

Y otro tipo de oscuridad me invadió.

Una oscuridad que prometía estrangularme si no la encontraba, la liberaba, lo mataba.

Ese era mi único propósito ahora.

Matar.

Matar a mi hermano.

Matar a Drake.

Drake.

Maldito hijo de puta de Drake.

Él la tiene.

Él se la llevó.

Él MORIRÁ.

La superficie centelleaba arriba, mostrándome el camino hacia mi venganza.

Mis puños se curvaron bajo el agua.

Mis ojos heridos parpadearon por la sal.

Y mi furia se transformó de emoción a elemento.

Fuego abrasador y vendavales aullantes: un tsunami debajo de mí, agitándose en el fondo del mar. Yo era un caos. Yo estaba desencadenado.

Soy libre.

La furia ya no era solo un sentimiento, sino una consecuencia de cada desastre que manejaba.

Magia.

Magia negra.

Magia oscura.

Una magia que extraería su pago de las almas.

El alma de Drake.

FURIA.

Su sangre fluiría.

Sus huesos se romperían.

Su vida se reduciría a la nada en mi puño.

El hombre que me había hundido hasta el fondo del océano, ahora inútil para mí, un obstáculo, un debilucho que había tenido miedo de su poder.

Un dios que no había podido proteger a su diosa.

Yo ya no era divino.

Yo ya no era humano.

Era un vampiro sediento de sangre.

Yo era el infierno.

Yo era la muerte.

Yo. Soy. Furia.


***


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