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martes, 29 de noviembre de 2022

JINX'S FANATASY - CAPITULO 16

 



Rozando sobre el mar mientras el sol se ponía con un fuego espectacular, me acurruqué más cerca de Sully. — Lamento que estuviéramos en Rapture tanto tiempo. —

— Sí, no había planeado quedarme todo el día. Pika y Skittles estarán enojados porque no los trajimos. —

— Es cierto, podríamos haberlos traído después de todo. Podrían haber explorado una nueva isla y hecho nuevos amigos. —

Sully besó la parte superior de mi cabeza, capturando mi cabello volador en su puño para evitar que los mechones se engancharan en mis pestañas. — Oh, bueno, nosotros exactamente no previmos que tus malditos padres estuvieran allí. —

Me reí suavemente. — No, eso fue una gran sorpresa. — Besando su garganta, agregué, — Gracias por acceder a cenar con ellos. Sé que lo apreciaron. —

— No sabía si era lo correcto. Después de todo, nos estamos entrometiendo en su maratón sexual. —

— Eww. — Me estremecí. — He estado luchando para quitarme esas imágenes de la cabeza todo el día. No necesito que los pongas ahí, muchas gracias. —

Sully se rio entre dientes. — Nunca quisiera saber en qué códigos de Euphoria han incursionado. —

— Nunca. —

Nos quedamos en silencio por un momento antes de preguntar — ¿Crees que se casarán de nuevo? —

— ¿A juzgar por cómo actuaron en la cena? Diría que incluso podrían hacer uso del paquete de bodas que incluiste recientemente para aquellas parejas que ya firmaron los papeles del divorcio y se arrepintieron. —

— ¿Lo crees? —

Sully volvió a besar mi cabello. — Creo que la próxima vez que recibamos una llamada para una visita, no será solo uno de ellos el que viene de visita. Estarán juntos. —

Salté al futuro, imaginando la novedad de que mis padres se quedaran con Sully y conmigo, compartiendo otra cena como la que tuvimos esta noche, hablando de cosas tontas y sintiéndonos cómodos juntos como dos parejas en lugar de familias separadas.

Si mi padre podía seguir adelante y perdonar a mi madre por engañarlo, entonces quería que ambos fueran felices. Él nunca había encontrado a nadie más, y me di cuenta de que mi madre no se ajustaba a su mundo demasiado ocupado.

— Tal vez podrían escribir una reseña. — Me reí. — Marido y mujer reconciliados teniendo sexo en un mundo de realidad virtual creado por su yerno y comercializado por su hija. —

Sully gimió y se rio. — Creo que cuanto menos sepa el mundo sobre esa retorcida conexión, será mejor. —

— Estoy de acuerdo. —

Nos quedamos en silencio mientras nos acercábamos a Calypso.

Mis ojos se sumergieron en la deslumbrante puesta de sol, bailando sobre los barcos de pesca mientras navegaban a casa con pobres peces asfixiándose en sus bodegas. Tuve la buena intención de ir y liberarlos a todos. De comprar todos los barcos de pesca y quemarlos, para que los mares finalmente pudieran reponerse después de años de sobrepesca y codicia.

Mirando más allá de ellos hacia el borde oscuro donde el mundo se desvanecía, fruncí el ceño. Una forma descomunal arruinaba el paisaje. No se veía tan náuticamente elegante como Calypso, pero era el doble de grande. — ¿Eso es un camión cisterna? —

Sully miró hacia donde le señalaba, su cuerpo se puso rígido a mi lado. — Es el Paradigme Purge. —

Levanté la vista, tirando un poco de mi cabello fuera de su puño. — ¿Tú lo conoces? —

— Radcliffe me informó sobre el esta tarde. Cree que son traficantes. —

— Mierda, ¿en serio? — Volví a mirar en esa dirección y luego de nuevo a las luces parpadeantes de Rapture. Parecían tan vulnerables en comparación a la mancha negra que ocupaba el mar. — ¿Están seguros nuestros huéspedes? —

— Estamos duplicando la seguridad y agregando sensores submarinos. Ellos deberían estarlo. —

Nuestra lancha disminuyó la velocidad cuando llegamos a Calypso y nos enfocamos en cambiar una embarcación por la otra. Subiendo las escaleras y estando más cerca del cielo, miré de nuevo a la nave llamada Paradigm Purge. — ¿Cómo sabes que son traficantes? —

Sully se pellizcó la nariz como si se sacudiera el largo día de negocios, familia y ahora una amenaza para nuestros huéspedes. — Mujeres desaparecen cada vez que aparece. Su capitán es un hombre llamado Rayvn. —

— ¿Deberíamos hacer algo? —

— Estamos haciendo algo. — Sully torció el cuello. — Estamos duplicando la seguridad. —

— No, quiero decir... ir y- —

— ¿Pedirle cortésmente que se detenga? — Sully se rio por lo bajo. — Me gustas viva, Jinx. No ensartada en el cuchillo de algún traficante. —

— Pero si está lastimando mujeres… —

— Yo lastimé mujeres. —

Fruncí el ceño. — Sí, pero te detuviste y te redimiste. —

Sully se encogió de hombros. — Me tomó mucho tiempo llegar al punto en el que estaba listo para ser redimido. — Entrecerró los ojos en el horizonte. — Si te acercas a un monstruo que no está listo para cambiar, mueres. Puro y simple. Mientras él no traspase nuestras costas, yo no traspasaré las suyas. —

— Pero- —

— Oh, finalmente. ¡Estás de vuelta! — Jess salió disparada del salón, derrapando hasta detenerse con una mirada de ebriedad en su bonito rostro. Pika y Skittles aparecieron igual de caóticos, chillando y aleteando a nuestro alrededor en señal de bienvenida.

— Vaya, alguien comenzó con los cócteles temprano. — Sonreí cuando Jess prácticamente saltó a mis brazos y me besó en la mejilla. Sus ojos color avellana brillaron con una alegría que no había visto antes en ella.

— No borracha de licor. Borracha de vida. — Ella agarró mis manos y giró en un círculo conmigo.

Sully puso los ojos en blanco. — ¿Qué diablos te pasa, Jess? ¿Encontraste algo que te haya colocado en Pape'ete? —

Cal se rio, viniendo hacia nosotros con dos botellas de cerveza. Pasándole una a Sully, brindó con él, su propio rostro se estiró en una sonrisa de aspecto maníaco. — Q se ha metido en ella. Eso es todo. —

Sully se quedó petrificado. — ¿Qué diablos se supone que significa eso? —

— Significa… que quiere conocernos. Ese tal Prest y su esposa hablaron bien de nosotros. Dijo que si aprobamos su evaluación, comenzará el proceso de ayudarnos a adoptar a uno de los niños que ha salvado en sus hábitos de vigilante. —

— Oh, vaya. — Me detuve de golpe, aceptando otro abrazo vertiginoso de Jess. — Eso es asombroso, muchachos. Felicidades. —

Sully volvió a chocar su cerveza con la de Cal con una sonrisa. — Estoy feliz por ustedes. —

— Primero tengo que impresionar al bastardo, pero una reunión es un buen comienzo. — Cal tomó un trago de su bebida de celebración.

Sully se pasó una mano por el cabello. — ¿Cuándo se van? —

— Bueno... tengo una petición acerca de eso. — Cal enderezó los hombros.

— Uh-oh. — Sully ladeó la cabeza. — Eso no puede ser bueno cuando lo dices así de serio. —

— ¿Cuáles son tus planes para el próximo par de meses, Sinclair? — Cal se puso rígido.

Sully frunció el ceño. — Ah Cristo, ya veo a dónde va esto. —

Cal hizo una mueca. — ¿Y...? —

Intervine. — ¿Quieres que naveguemos hasta donde está Q para que pueda reunirse con ustedes? —

— ¡Sí! — dijo Jess, incapaz de hablar a un volumen normal con su alegría. — Él va de regreso a Francia después de estar en Monte Carlo y supervisar la presentación inicial de Elder y Tasmin. Tasmin dijo que salió bien. La niña está conmocionada, es tímida y no habla, pero se han comprometido el uno con el otro y... — Las lágrimas se asomaron a sus ojos y se los secó. — Yo solo… estoy tan feliz por ellos. Y por la pequeña Aria. —

— ¿Aria? — Pregunté.

— Su nueva hija, — murmuró Cal, anhelando lo mismo en sus ojos.

Sully se quedó callado mientras observaba a nuestros dos amigos. Pika aterrizó en su cabello, tirando de los mechones, exigiendo atención mientras Skittles se dejaba caer sobre mi hombro y me besaba con el pico y suaves chillidos.

Me encantaba la alegría contagiosa de Cal y Jess. Era descaradamente obvio lo felices que los había hecho esta posible adopción, y me hizo sentir aún más agradecida de que mi corazón estuviera lleno gracias a un pequeño loro en mi hombro y los cientos de rescates en casa.

No me faltaba una parte dentro mí y a Sully tampoco, así que tal vez habíamos sido egoístas al pensar que Jess y Cal eran tan felices como nosotros.

Nunca había entendido el impulso por los niños hasta este momento, viviéndolo a través de sus ojos y sintiendo mi corazón latir con su deseo.

Moviéndome hacia Sully, entrelacé mis dedos con los suyos.

Sus hermosos ojos azules se encontraron con los míos, nadando con las mismas realizaciones que yo había tenido. Teníamos mucha suerte. Teníamos todo lo que podíamos desear. Goddess Isles estaba a salvo y estaba dirigida por el Dr. Campbell y veterinarios capacitados. Rapture estaba siendo fortalecida y administrada por personal confiable. El imperio farmacéutico de Sully era dirigido por Peter Beck y podía manejarse de forma remota a través de contactos en línea.

No necesitábamos correr a casa.

Teníamos todo lo que necesitábamos aquí mismo, en este barco.

Skittles me dio un cabezazo en la oreja mientras Pika se volteaba boca abajo y miraba dentro de los ojos de Sully mientras se sostenía de su cabello. Mi corazón se llenó de cariño. Mis ojos se llenaron de lágrimas de agradecimiento. — Me llevaste a Inglaterra hace un año, Sully. ¿No crees que es hora de que visitemos Francia? — Susurré.

Cal y Jess se quedaron inmóviles, su atención iba y venía entre Sully y yo.

Muy lentamente, Sully se estiró y arrancó a Pika de su cabello. Sosteniendo a la adorable cacatúa en su mano, estudió al loro, luego miró a Skittles antes de inclinarse para besarme. Era gentil y adorador, temblando un poco bajo la misma emoción que yo había sentido por nuestra vida, por nosotros, por nuestra familia emplumada. — Creo que podría arreglármelas explorando París mientras esos dos van de compras para bebés. —

— ¿En serio? — Jess gritó. — Oh, Sullivan. ¡No tienes idea de lo que esto significa para nosotros! — Lanzándose hacia nosotros, se unió a nuestro abrazo, empapando nuestros rostros de besos. Me golpeó justo en los labios mientras las lágrimas caían en cascada por sus mejillas. — Jinx... No puedo creer esto. —

Le devolví el beso. — Créelo. ¡Nos vamos a Francia! —

Sully se desenredó y se rio entre dientes, bebiendo su cerveza como si el caos a su alrededor no estuviera generando su propia emoción en un viaje más largo, días más relajantes en el mar y noches más sexys en Euphoria.

Pero no podía engañarme.

Había estado casada con él durante suficientes años para ver los matices de su felicidad.

Y él era feliz.

Yo era feliz.

Y cuando a Q le gustaran Jess y Cal... ellos también serían felices.


***

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